En esta nota se presentan dinámicas y actividades de enseñanza y aprendizaje para tener en cuenta a la hora de diseñar, implementar o evaluar una propuesta educativa, ya sea mediante el uso de dispositivos tecnológicos digitales (actividades enchufadas) o que puedan llevarse a cabo sin acceso a dispositivos o a conectividad (actividades desenchufadas).
Las realidades escolares distan mucho de ser homogéneas. De hecho, parte de la riqueza de la labor docente consiste en diseñar y planificar propuestas educativas que contemplen las particularidades de los y las estudiantes en un contexto de educación compleja y diversa. Las estrategias posibles son infinitas y se deben ajustar a la planificación docente, los objetivos y propósitos pedagógicos, junto con las realidades escolares de cada institución y sus diferentes actores. Cada una de ellas representa diversas maneras de hacer escuela, todas igualmente válidas.
En esta nota exponemos algunas dinámicas de enseñanza y aprendizaje interesantes a la hora de diseñar, implementar o evaluar, así como también producciones que estructuren la actividad en el marco de una propuesta educativa. Es decir, organizamos las recomendaciones según el tipo de producción y dinámicas de trabajo que pueden desarrollarse dentro de una actividad:
Tipo de producciones: sonoras, escritas, audiovisuales y gráficas.
Dinámicas de trabajo: debates y reflexiones; compartir y socializar; y documentación y registro.
La escuela está llena de tecnologías; incluso desde una perspectiva foucaultiana, puede considerarse ella misma una tecnología. En este caso, nos vamos a focalizar en las tecnologías que fueron configurando el sistema educativo desde su creación en el siglo XIX hasta los tiempos actuales. Se trata de concebir las tecnologías como «herramientas mediante las cuales puede darse a los estudiantes una experiencia en campo ajeno aunque directa, de sucesos» (Bruner, 1972, p. 126). Es decir, considerarlas desde una perspectiva ampliada, a medida que fueron apareciendo, de acuerdo con los cambios y el impacto del desarrollo tecnológico (Litwin, 2005), en tanto analógico y digital: desde el pizarrón y la tiza, los distintos objetos culturales (series, películas, videojuegos, etc.), hasta dispositivos como las netbooks, tablets, y celulares.
De acuerdo con lo antedicho, se deben considerar tanto los diversos escenarios institucionales y áulicos, como la disponibilidad tecnológica de docentes y estudiantes. En este sentido, cabe destacar que cada una de las estrategias puede llevarse a cabo de manera enchufada, desenchufada o combinando ambas. Ahora bien, ¿a qué nos referimos con «actividades enchufadas y desenchufadas»? Se trata de distintas propuestas de enseñanza y aprendizaje para desarrollar en el aula: las que involucren dispositivos tecnológicos digitales (actividades enchufadas) y las que se puedan llevar a cabo sin estos (actividades desenchufadas). También se podrían considerar dinámicas de trabajo en el aula y tipos de producciones capaces de intercalar momentos desenchufados y enchufados.
A continuación, se comparten algunas sugerencias y orientaciones para desarrollar las propuestas educativas en escenarios diversos, no como un recetario para seguir sino como pistas para pensar diferentes rutas y reflexionar juntos y juntas sobre nuestras prácticas frente a la heterogeneidad de contextos.
Descubre las Estrategias para enseñar y aprender según el tipo de producciones: https://www.educ.ar/recursos/158701/recomendaciones-para-desarrollar-propuestas-pedagogicas-en-e
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