PEDAGOGIA ANTICIPATORIA, la educación que prepara a los estudiantes para lo que todavía no existe
- Pizzini Argentina
- 29 sept
- 2 Min. de lectura
Hoy necesitamos una pedagogía anticipatoria, una forma de enseñar que no se limite a transmitir lo sabido, sino que prepare a los estudiantes para imaginar el futuro, tomar decisiones cuando no hay certezas y construir respuestas en escenarios inciertos.

Durante décadas, la escuela se ha sostenido como un espacio de certezas. Se enseñaba lo que debía saberse, se aprendía lo que estaba previsto, se evaluaba lo que se podía medir. En un mundo donde la estabilidad era la norma y el cambio una excepción, ese modelo tenía sentido. Pero hoy, el panorama es otro: vivimos en una época donde la transformación constante no solo es inevitable, sino acelerada. Lo incierto dejó de ser una amenaza para convertirse en una condición permanente. Y ante ese nuevo escenario, la educación tiene una deuda pendiente: dejar de formar para el pasado y animarse, por fin, a formar para el futuro.
Claro que no hablamos de ese “futuro” decorado con drones, robots o trabajos remotos. Tampoco de preparar a los estudiantes para “el mercado laboral del mañana”. Hablamos de otra cosa: de cultivar la capacidad de imaginar, crear, anticipar. De enseñar no solo conocimientos, sino habilidades para navegar lo desconocido. De formar personas capaces de pensar lo que todavía no existe.
La escuela, muchas veces sin querer, forma para lo ya establecido. Incluso cuando intenta innovar, sigue repitiendo estructuras. Cambia las herramientas, pero no siempre cambia la lógica. Se digitaliza la pizarra, pero se sigue dando la clase frontal. Se incorpora tecnología, pero se mantiene el control rígido del aula. Y sobre todo, se planifica como si el mundo no estuviera cambiando a cada minuto. Pero si lo que rodea a nuestros estudiantes es fluido, incierto, caótico por momentos, ¿cómo puede la educación seguir siendo tan previsible?











Comentarios